Caperucita Roja
Cuento corto: Caperucita Roja
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Érase una linda y adorable niña que vivía en una pequeña aldea y era querida por todos sus vecinos. Además, la pequeña tenía una excelente relación con su abuelita, que vivía en el bosque y a menudo le gustaba ir a visitarla para hacerle compañía o llevarle unos recados.
La abuelita, consciente del frío que en ocasiones pasaba su nieta para ir a verla, le regaló una bonita caperuza roja. La pequeña niña, agradecida y encantada con la capucha, no dudó en celebrarlo y prometerle llevarla siempre puesta. Por esta razón, empezaron a llamarla en la aldea Caperucita Roja.
Un buen día muy temprano, la mamá de Caperucita Roja le pidió que le llevara a su abuelita, que estaba un poco enferma, unas tortitas y una tarrito de mantequilla. La pequeña, tras escuchar las indicaciones de su mamá y la prohibición de salirse del sendero, cogió su cestita y feliz y contenta, puso rumbo a casa de la abuelita.
Nada más entrar en el bosque, un lobo la sorprendió a su paso y Caperucita Roja, sin ser consciente del peligro, entabló conversación con él.
Buenos días, Caperucita, ¿a dónde vas tan temprano hoy?, dijo el lobo.
Buenos días, amable lobo, voy a casa de mi abuelita, dijo Caperucita Roja.
¿Y qué llevas en esa cestita?, replicó el lobo.
Tortitas y mantequilla para fortalecer a mi abuelita que está enferma, respondió Caperucita Roja.
¿Dónde vive tu abuelita?, prosiguió preguntando el lobo.
A medio kilómetro de aquí, respondió la ingenua niña. Su casa está en aquella aldea, pasando el molino, prosiguió Caperucita.
El lobo se quedó pensando en silencio lo apetitoso que sería darle un buen bocado y le propuso acompañarla a casa de la abuelita para ganarse su confianza.
Tras un rato caminando, el lobo le señaló unas lindas flores a la pequeña niña a lo lejos, proponiéndole un regalo para la abuelita. Caperucita pensó lo contenta que se iba a poner su abuelita si recibía tan bonito ramo de flores. Se apartó del camino para cogerlas consciente de que el día era aún muy largo para volver a casa y de que su mamá no se enteraría.
Entonces el lobo desapareció y corrió a casa de la abuelita buscando un atajo en el camino para llegar antes que Caperucita Roja.
Cuando el lobo llegó a casa de la abuelita llamó a la puerta y una voz algo congestionada se escuchó ¿Quién es? Preguntó la abuelita.
Caperucita Roja, contestó el lobo. Ábreme abuelita que traigo tortas y manteca para ti, prosiguió el lobo.
Gira la cerradura y abre tú, Caperucita que estoy un poco débil y no me puedo levantar, dijo la abuelita.
El lobo abrió la puerta, se dirigió hacia la cama donde permanecía la abuelita acostada y sin mediar palabra de un bocado se la comió. Posteriormente, el lobo buscó algo de ropa y un gorro y se disfrazó de abuelita y se acostó en la cama.
Mientras tanto, la pequeña e inocente niña que se había quedado eligiendo las flores más bonitas una a una para hacer un lindo ramo para su abuelita, se acordó de que se le iba a hacer tarde y retomó la senda para llegar a casa de su abuelita con su cestita y su ramo.
Cuando la pequeña llegó a la casa donde vivía su abuelita, se sorprendió al ver la puerta abierta y con un extraño presentimiento se decidió a entrar y gritó «Buenos días» a lo que no recibió respuesta. Extrañada, la pequeña se dirigió al dormitorio donde le parecía ver a la abuelita acostada.
Al verla tan tapada y con una apariencia algo extraña, Caperucita le dijo a la abuelita: «Abuelita, qué orejas tan grandes tienes».
El lobo disfrazado de la abuelita respondió: «Caperucita, son para oírte mejor, mi niña».
Caperucita Roja prosiguió: «Abuelita, pero qué ojos tan grandes tienes».
«Son para verte mejor, nietecita querida» contestó el lobo.
Y qué boca tan grande tienes abuelita, continuó Caperucita Roja y el lobo saltando de la cama respondió: «Es para comerte mejor» y de un bocado se tragó a la pequeña niña sin darle tiempo a reaccionar.
Tras tremenda comilona, el lobo decidió tomarse una siesta para descansar y comenzó a roncar fuertemente.
De repente, un cazador que pasaba por allí, al escuchar los ronquidos y pensando que quizás la abuelita necesitaría alguna ayuda, se acercó a la casa y entró en el dormitorio. Al ver al lobo, el cazador le dijo al lobo en bajito mientras este yacía dormido: «Aquí te encuentro viejo pecador, tras de ti iba desde hace tiempo, te daré caza» y le apuntó con la escopeta con la intención de matarlo. Sin embargo, un segundo antes de disparar, pensó que quizás la abuelita estaba en el estómago del lobo y decidió no hacerlo y buscar un plan alternativo.
El cazador sigilosamente cogió unas tijeras y empezó a abrir el estómago del lobo durmiente y vio la caperuza roja en uno de los cortes. Siguió cortando y consiguió sacar sanas y salvas a Caperucita Roja y a la abuelita.
Rápidamente y antes de que el lobo despertara, Caperucita buscó unas piedras y rellenaron el vientre del lobo. Cuando el lobo despertó de tan profundo sueño, quiso huir del cazador, pero la barriga le pesaba tanto, que del esfuerzo cayó muerto.
Entonces, el cazador acompañó a Caperucita Roja a su casa. La abuelita se comió la torta y la manteca de su nieta y la enfermedad desapareció y todos vivieron felices y comieron perdices.
Caperucita Roja aprendió que siempre hay que hacer caso a los padres, porque nos aconsejan por nuestro bien.
FIN
Reflexión del cuento: El cuento de Caperucita Roja nos presenta una reflexión sobre los peligros de la ingenuidad y la confianza ciega en los demás. Caperucita Roja es una niña inocente que entabla una conversación con un lobo desconocido en el bosque y le confía información sobre su destino y el contenido de su cesta. El lobo, aprovechándose de su ingenuidad, se aprovecha para llegar antes a la casa de la abuelita y comerse a la anciana.
El cuento nos enseña a ser precavidos y a no confiar en extraños, especialmente cuando se trata de desconocidos que nos hablan en la calle. También nos muestra que no debemos desviarnos del camino que nos han indicado o salirnos de las normas establecidas, ya que esto puede llevarnos a situaciones peligrosas e inesperadas.
Preguntas frecuentes del cuento Caperucita Roja
¿De qué se trata el cuento de Caperucita Roja?
El cuento trata de una niña llamada Caperucita Roja que va a visitar a su abuelita y se encuentra con un lobo en el bosque.
¿Por qué se llama Caperucita Roja?
Caperucita Roja se llama así porque su abuelita le regaló una caperuza roja que ella siempre llevaba puesta.
¿Qué llevaba Caperucita Roja en su cestita?
Caperucita Roja llevaba tortitas y un tarrito de mantequilla para su abuelita enferma.
¿Por qué el lobo quería engañar a Caperucita Roja?
El lobo quería engañar a Caperucita Roja para poder comérsela.
¿Por qué Caperucita Roja se aparta del camino?
Caperucita Roja se aparta del camino para recoger las flores porque quería hacerle un regalo a su abuelita.
¿Qué hizo el lobo después de engañar a Caperucita Roja?
El lobo corrió a casa de la abuelita, se la comió y se disfrazó de ella.
¿Cómo se dio cuenta Caperucita Roja de que algo extraño estaba pasando?
Caperucita Roja se dio cuenta de que algo extraño estaba pasando al ver a la abuelita con apariencia extraña y al preguntarle sobre sus orejas, ojos y boca.
¿Cómo reacciona el lobo cuando Caperucita Roja le pregunta por sus características físicas?
El lobo responde que sus características físicas son para oír, ver y comer mejor.
¿Qué lección se puede aprender del cuento de Caperucita Roja?
El cuento de Caperucita Roja enseña a los niños a no hablar con extraños y a seguir las instrucciones de sus padres.
¿De dónde proviene el cuento de Caperucita Roja?
El cuento de Caperucita Roja es de origen europeo y se ha contado en diferentes versiones a lo largo de los años.
Que tanto saben del cuento Caperucita Roja
Es hora de poner a prueba los conocimientos de tus niñas y niños sobre el cuento Caperucita Roja. Elaboramos un cuestionario de preguntas para tus peques.
- ¿Cómo se llama el cuento?
- ¿Qué personajes aparecieron en el cuento?
- ¿Quién fue el presonaje principal del cuento?
- ¿Cuál fue tu parte favorita del cuento?
- ¿En que lugar ocurrio la historia?
- ¿Inventa otro final para el cuento?
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