Run Run, el Zorro Andino

Cuento corto: Run Run, el Zorro Andino

Había una vez, en la lejana sierra de Cajamarca, un zorro andino llamado Run Run. Este simpático zorro tenía un pelaje esponjoso y una cola larga y elegante que parecía bailar con el viento. Pero, un día, la vida de Run Run cambió para siempre.

—«¡Mira qué lindo cachorrito!» —exclamó un vendedor en una bulliciosa calle de Lima, la capital del Perú.

Una familia se acercó y vio al pequeño Run Run, que en ese momento parecía un tierno perrito.

—«¡Es un husky siberiano!» —dijo el vendedor con una gran sonrisa.

La familia, emocionada, lo compró sin pensarlo dos veces. Run Run fue llevado a su nuevo hogar en Comas, un barrio de Lima, donde todos lo trataron como si fuera un perro.

La gran sorpresa

Run Run creció feliz, pero algo no estaba bien. Empezó a hacer cosas que los perros no suelen hacer. Se escabullía por los techos, cazaba gallinas de los vecinos y corría muy rápido entre los cerros.

—«¡Mamá! Creo que Run Run no es un perro… ¡Es un zorro!» —exclamó un día el niño de la casa.

—«¡¿Un zorro?! ¡No puede ser!» —respondió su mamá, Maribel, sorprendida.

Fue entonces cuando todos se dieron cuenta de la verdad. Run Run no era un cachorro de husky, ¡era un zorro andino que había sido vendido como mascota!

La huida de Run Run

Un día, cuando el cielo se llenó de truenos y relámpagos, Run Run se asustó mucho y decidió escapar. Corrió hacia los cerros cercanos y desapareció en la noche.

—«¡Run Run, vuelve!» —gritó Maribel, preocupada, pero el zorro ya estaba lejos.

Run Run comenzó a vivir en libertad, cazando animalitos en el barrio y explorando nuevos lugares. Pero la gente del lugar no sabía qué hacer. No querían que siguiera cazando sus animales, pero también sabían que Run Run era un animal especial.

El rescate

Un día, el equipo del Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) llegó al barrio. Su misión era encontrar a Run Run y llevarlo a un lugar donde pudiera estar seguro.

—«No será fácil capturarlo. Es muy rápido y astuto, como todos los zorros» —dijo uno de los especialistas.

Después de varios intentos, Run Run fue atrapado con mucho cuidado. Lo distrajeron con una bolsita de comida, y luego le dieron un pequeño pinchazo para dormirlo.

—«¡Lo tenemos! Ahora estará a salvo» —dijo un especialista mientras lo subían a una camioneta.

Un nuevo hogar

Run Run fue llevado al Parque de las Leyendas, un zoológico en Lima. Allí, lo cuidaron, le dieron medicinas y lo trataron con mucho cariño. Sin embargo, Run Run no podía regresar a la naturaleza. Había sido separado de su hogar cuando era muy pequeño, y no sabía cómo cazar ni cómo defenderse de los peligros del mundo.

—«No te preocupes, Run Run. Aquí te cuidaremos» —le susurró una veterinaria mientras lo acariciaba.

Después de un tiempo, Run Run fue trasladado a la Granja Porcón en Cajamarca, un lugar lleno de naturaleza donde podría vivir tranquilamente y ser feliz.

—«Este será tu nuevo hogar» —le dijo uno de los cuidadores cuando llegaron a la granja.

Aunque no pudo regresar a la vida salvaje, Run Run vivió el resto de sus días en un lugar seguro, rodeado de personas que lo cuidaban y lo querían mucho.

FIN

Reflexión del cuento: La historia de Run Run nos enseña algo muy importante: no debemos comprar animales salvajes. Ellos tienen su hogar en la naturaleza, y allí es donde deben estar.
Y así, el zorro que fue confundido con un perro se convirtió en un símbolo de amor y cuidado hacia los animales, recordándonos siempre que los animales silvestres deben ser libres.

Que tanto saben del cuento Run Run, el Zorro Andino

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