El gigante egoísta
Cuento corto: El gigante egoísta
Este cuento corto de navidad para niños cuenta que hubo una vez, en un lugar muy pero muy lejano, un gigante más gruñón que el Grinch. El gigante se llamaba Oscardogro Wilderiano, más conocido como Óscar simplemente. El gigante Oscar vivía solo en una cabaña, en lugar un poco alejado. Era un gigante que odiaba la navidad y nunca trataba bien a nadie, ni siquiera a los niños. Para colmo era un gigante muy egoísta. Todos le tenían miedo y antipatía.
Se acercaba la navidad y el gigante como siempre, estuvo solo en su casa comiendo lo que había pescado en el río en la mañana. De pronto unos niños pequeños y muy curiosos, se acercaron a mirar por la ventana mientras el gigante comía. El gigante no los vio, pero de pronto volteó a mirar hacia la misma ventana por donde estaban husmeando los niños y los niños tuvieron que esconderse rápidamente. El gigante no los vio y siguió comiendo. De pronto el gigante lo que hizo fue llevarse a la boca unos pasteles que se había hecho él mismo el día anterior. Los pasteles le embarraron toda la boca y la niña que era más pequeña no pudo evitar reírse. Entonces el gigante los descubrió y se acercó rápidamente a ellos. «Ajá, conque espiándome por la ventana. ¿Saben ustedes lo que hago con los niños que me espían? ¡Me los como!», les dijo el gigante egoísta.
La niña no estaba asustada pero el niño sí y por eso este último se puso a llorar. El gigante lo miraba y lo miraba sin decirle nada al niño que lloraba. Entonces, el gigante le preguntó por qué lloraba (aunque era evidente por qué). El niño le respondió fuerte: «Porque me das miedo». Entonces el gigante no supo qué decir. El gigante, aunque llevaba años tratando mal a la gente, era la primera vez que sintió que lastimaba a la gente. Por primera vez en su larga vida, el gigante sintió la necesidad de pedir disculpas. Decidió que con su actitud, siempre lastimaría a los demás y por ello decidió ser benévolo. Cuando llegó la navidad, el gigante invitó a algunos aldeanos a su casa a probar algunos pasteles que él preparó y les dijo que en realidad él no era malo, sino que en los cuentos que él leía de pequeño leyó que los gigantes casi siempre se portaban mal y por ello se había acostumbrado a ser así.
Muchas veces actuamos sin pensar en cómo se sienten los demás como consecuencia de nuestras actitudes. Por ello no debemos ser egoístas pensando solo en nosotros mismo, sino también en los demás. Una persona egoísta es aquella que actúa por propio interés, sin importarle las demás personas. Y colorín colorado, este cuento corto de navidad para niños se ha terminado (aunque esta vez no tuvo mucho de navideño).
Fuente: www.cuentoscortosparaniños.org
Que tanto saben del cuento El gigante egoísta
Es hora de poner a prueba los conocimientos de tus niñas y niños sobre el cuento El gigante egoísta. Elaboramos un cuestionario de preguntas para tus peques.
- ¿Cómo se llama el cuento?
- ¿Qué personajes aparecieron en el cuento?
- ¿Quién fue el presonaje principal del cuento?
- ¿Cuál fue tu parte favorita del cuento?
- ¿En que lugar ocurrio la historia?
- ¿Inventa otro final para el cuento?
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